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Nuevo año = nuevo desafío


¿Qué significado tiene el comienzo de un nuevo año en el calendario gregoriano que compartimos con muchos habitantes del planeta? En realidad, solamente debería tener el que cada uno le asigne para su vida particular. ¿Es así? No siempre. Porque los humanos buscamos implicancias, tanto en los hechos que las tienen como en los que carecen de ellas (o las ocultan muy bien).

Bisiesto (con un día adicional) fue el 2016 que nos deja, no así el 2017 que se avecina, con lo que nos salvamos de los malos augurios que los años "múltiplos de 4" se dice que acarrean, excepción hecha de los terminados en 00 y otros que no vienen al caso aquí. Esto es, el nuevo año será absolutamente común, desde el punto de vista numérico.

El primer día del año "caerá" en domingo, según nuestro calendario vigente. El domingo es el primer día de la semana litúrgica en la tradición cristiana católica, al igual que lo es en otras tradiciones culturales. El domingo es considerado un día feriado o festivo en la mayoría de los países del mundo y es parte del fin de semana. Solamente países influidos por la cultura islámica o judía tienen el viernes o el sábado como el día feriado semanal. El año nuevo judío jamás cae en domingo.

Será también el número 2017 del Anno Dómini, "Era común" o la designación de la era cristiana, además del decimoséptimo del tercer milenio y el octavo de la década de los 2010 (que comenzó en 2010).

La ONU declaró al 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, con la intención de promover esa actividad económica creando conciencia de la importancia de impulsarla y desempeñarla responsablemente.

En fin, parece ser que siempre se puede mencionar un detalle más sobre algo tan elemental como un nuevo año que llega, que es futuro, que todavía no ha comenzado a existir pero, como los tubos de dentífrico, siempre esconden "un poquito más" aunque parezcan ya vacíos. Y podemos darle contenidos inesperados, solamente previsibles para un alma humana permanentemente alimentada por mitos, creencias, ilusiones, y reservas espirituales. Como, por ejemplo, deseos de paz y felicidad alcanzando logros como hacer cumbre en el Himalaya o dejar de aumentar de peso por comer lo indebido.

Siendo, como soy, uno más de los miles de millones de seres humanos que comparten este planeta, que no es perfecto pero que podría ser peor, no voy a mostrarme diferente y, luego de diez años de intercambiar contigo tantas realidades y tantas ficciones a través de este moderno medio electrónico, me sumo a aprovechar la oportunidad para, sin motivos ciertos que lo puedan asegurar, suponer por el afecto que nos une que el 2017 nos permitirá alcanzar metas que no se dieron en los años anteriores. Porque no estaría nada mal que tú y yo nos encontremos la mayor parte posible en ese estado indefinible que llamamos "felicidad". Amén, amén y amén.

Daniel Aníbal Galatro
Diciembre 31 de 2016
Desde Esquel, Chubut, Argentina




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